sábado, 14 de julio de 2012

Ideología y motivos

    Acabo de volver de vacaciones. Han sido unos días de desconexión relativa, puesto que nuestros gobernantes se han encargado de aderezarlos con su sistemático y premeditado desmontaje de nuestro sistema de bienestar social. Así que, a la vuelta, es dificil no hablar de las últimas decisiones que han tomado al respecto.
    Wang además todavía no ha vuelto de sus vacaciones, con lo cual no tengo a nadie con quien hablar de semejantes tropelías y que se me pase un poco el cabreo. Disculpadme si utilizo el blog para ello.
     Las medidas y los recortes concretos atacan, una vez más, a los más desfavorecidos de la sociedad. Es espeluznante asistir a semejante espectáculo, con nuestros gobernantes (y un montón de palmeros, que es más triste) justificando lo injustificable.
     Coincido con Joaquín en una de sus última entradas en su blog. Naturalmente que los recortes son ideológicos. Como muestra, nuestro presidente del gobierno argumenta que la rebaja del 60% al 50% en la percepción de la prestación por desempleo se hace para incentivar la busqueda activa de empleo. Y se queda tan ancho. Más allá de la desfachatez del argumento, o de que se nos tome por imbéciles al pretender que nos lo creamos, quiero comentar lo que me parece que hay detrás de semejante afirmación.
    En el fondo, creo que semejante argumentación responde a una determinada visión de la dialéctica social. Consideran que el desempleo no es un problema estructural, sino individual. Si estás en paro es porque no estás suficientemente preparado, o porque eres un vago y "no buscas activamente empleo". Las prestaciones por desempleo, por tanto, desactivan la busqueda de trabajo de la gente, y son por tanto prescindibles. El concepto de protección social queda así reducido a su mínima expresión, pues los vagos no merecen protección.
     Yo no salgo de mi asombro de que gente con semejante visión del mundo nos esté gobernando, pero lamentablemente no es la primera vez que me topo con estos argumentos. He conocido a muchos políticos con actitudes parecidas, que cuestionaban con argumentos parecidos no ya las prestaciones por desempleo, sino las prestaciones de acción social. Os contaría mil y una anécdotas, pero seguramente vosotros tendréis muchas parecidas. Lo más triste es que ahora, toda esta gente nos está gobernando y dirigiendo la política social. Gente como la que se permite lanzar en el parlamento ese "que se jodan", que no comentaré porque aún no me he sobrepuesto.
    Esa visión del mundo, en la que en el fondo piensan que el que tiene problemas es porque se lo merece, es lo que les permite realizar los recortes que están realizando en la protección social a los desempleados, dependientes, pensionistas, excluidos...  sin que les tiemble la mano o la conciencia. Y es lo que justifica, para ellos claro, el que el Estado abdique del concepto de protección social. No estamos en una crisis económica, como bien vienen demostrando muchos autores. Es una crisis de valores, donde se está imponiendo una determinada ideología.
    Tenemos por tanto motivos para estar cabreados. También los tenemos para estar tristes. Y quiero pensar que también tenemos motivos para la esperanza. Y como los tenemos, iremos a la concentración de la Marea Naranja del próximo jueves. Porque no nos podemos quedar callados ahora.






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