miércoles, 22 de mayo de 2013

Violenta violencia

A raíz del asesinato de Celia Vicari, una colega argentina, me planteé dedicar alguna entrada al tema de la violencia. Es un tema difícil y complejo, del cual me está costando documentarme porque, entre otras cosas, tampoco dispongo de mucho tiempo en estos momentos. Pero en ello estaba cuando me llega la noticia de que otra compañera, esta vez uruguaya, también ha sido asesinada recientemente.


Por ello he decidido adelantar un poco por donde van mis reflexiones en el tema, al tiempo que me hago eco de la noticia de la compañera uruguaya y sin poder evitar preguntarme cuántas de estas noticias nos pasan desapercibidas.

Su nombre era Marisel Luis Garmendía. Trabajaba para el Centro Cooperativista Uruguayo y para el Centro de Participación Popular, en proyectos del Ministerio de Desarrollo Social. El caso es algo diferente del de la compañera argentina, pero no por eso menos doloroso. 

En esta ocasión una mínima interacción profesional (un censo), sirvió para que el asesino quedara obsesionado con ella y, tras un tiempo de acoso, acabara finalmente con su vida. Os pongo algunos enlaces con la noticia: aquí y aquíasí como el enlace a la página de la Asociación Profesional de Trabajo Social de Uruguay, que contiene algún manifiesto sobre la noticia.

Si los leéis veréis que están mezclados muchos temas: violencia machista contra la mujer, violencia en el ejercicio profesional, tratamiento de la violencia por parte de las instancias judiciales y policiales, aspectos psicopatológicos, denuncias previas, repercusiones... Todo ello me hace pensar en la complejidad de la violencia y en la multitud de variables que se entremezclan a la hora de su diagnóstico y sobre todo, para su prevención.

En alguna ocasión leo análisis demasiado simplistas sobre las causas de la violencia, pero en cada caso que presencio tanto en mi ámbito profesional como cuando nos llegan noticias como esta, constato que las cosas son mucho más complicadas de lo que parecen, y multitud de variables de orden psico-social están entremezcladas en el complejo triángulo que se produce entre la víctima, el agresor y la sociedad y sus instituciones.

Como bien dice Jorge Corsi en su libro "Violencia Familiar":


   "Pensar el problema de la violencia familiar desde una perspectiva ecológica y multidimensional implica renunciar a todo intento simplificador de "explicar" el fenómeno a partir de la búsqueda de algún factor causal, para "abrir" la mirada al abanico de determinantes entrelazados que están en la base y en la raíz profunda del problema"
 
Por otro lado, siempre me han cuestionado en este tema de la violencia las siguientes palabras de Jorge Barudy, recogidas en su libro "El dolor invisible de la infancia" y que también transcribo. Es un poco largo, pero merece la pena:

     "En lo que se refiere a las dinámicas relacionales, pude confirmar que se requieren por lo menos tres grupos de personajes para producir estos fenómenos. (...) encontramos los mismos tres grupos de personas, presentes en las dinámicas humanas en donde la vida está amenazada y los derechos
humanos pisoteados. En los dos casos existe un primer grupo compuesto por los represores, torturadores, acusadores, maltratadores, etc...; un segundo grupo, conformado por las víctimas: hombres, mujeres y niños perseguidos, encarcelados, torturados y exiliados; y un tercer grupo, constituido por los terceros, los otros, los instigadores, los ideólogos, los cómplices, pero también los pasivos, los indiferentes, los que no quieren saber o los que sabiendo no hacen nada para oponerse a estas situaciones y/o tratar de contribuir a crear las condiciones para un cambio."

     Desde aquí me comprometo a intentar no pertenecer a este tercer grupo y por eso escribo esta entrada y se la dedico a la compañera Marisel, con todo mi respeto y condolencias a sus familiares y colegas de Uruguay.

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