jueves, 5 de septiembre de 2013

Rancio

A veces, como Trabajador Social, me siento derrotado y confuso. Por ejemplo, cuando tengo que afrontar los problemas concretos en el trabajo y tengo que asistir y ser testigo de las múltiples situaciones de sufrimiento que la política social actual está causando. Pero sobre todo cuando veo la ideología que hay detrás de esta política y cómo se intenta imponer a la sociedad.


Y es que el modo en que la más rancia ideología conservadora está impregnando nuestro día a día (y para nuestra desgracia, configurando nuestro nivel y calidad de vida) es francamente desalentador.

No es algo diferente a lo que venimos enfrentándonos desde hace años. La ideología conservadora lleva mucho tiempo instalada en nuestro país, tiñendo numerosos aspectos de la imperfecta democracia que tenemos. Tal vez lo diferente es que en los dos últimos años aspectos ideológicos que se mantenían más o menos soterrados se están explicitando de una manera más clara y visible. Y sin duda es diferente la difusión que de estos aspectos hoy se hace a través de los medios de comunicación y, sobre todo, de Internet.

Pero lo que sí es cierto es que esta ideología está calando en la sociedad. A veces tengo la sensación de haber perdido la batalla. Hablar de derechos sociales, y mucho más en el terreno de la acción social, es hoy clamar en el desierto.

Ya hemos hablado profusamente en este blog de cómo la ideología neoliberal está promoviendo la beneficencia como el modelo imperante en política social. También hemos comentado cómo la culpabilización de los pobres y la estigmatización de los desfavorecidos es promovida y jaleada por grandes sectores sociales. Pero pienso que nunca como hasta ahora la ofensiva se había llevado tan a las claras.

Os pondré tres ejemplos, que a pesar de ser diferentes, para mí están intimamente relacionados, respondiendo a los mismos valores.

LA PROPAGANDA DEL MODELO:

Por Lord Jerome, en Flickr.
Me referiré al tan comentado (al menos entre la profesión) programa "Entre Todos". No pensaba verlo, pero me he obligado a ello. He aguantado cinco minutos y han sido suficientes para comprobar lo que me temía. La institucionalización de la beneficencia desde la televisión pública, por tanto desde el Gobierno. Si al menos fuese en una televisión privada, la cosa sería igual de preocupante, pero un poco menos provocadora.

Os pongo dos enlaces que describen magnificamente lo que supone este programa: un compañero, Carlos Javier Fernández, en su blog "La InsurAgencia..." hace un análisis certero desde el Trabajo Social. Y este artículo de Mariola Cubells, ¿Entre todos? ¿De verdad?, también lo hace desde otro punto de vista.

LOS IDEÓLOGOS Y GESTORES DEL MODELO
Si hay un personaje que resume a la perfección las personas que hay detrás de todo esto, es sin duda este personaje: Rafael Hernando, el portavoz adjunto del PP en el Congreso. Aquí tenéis un enlace a su biografía política.

Un personaje que, sin ningún tipo de ambages se permite comparar la República española a la dictadura franquista, en una clara legitimación de esta segunda y por tanto de los valores que ésta representaba y que, a mi juicio, eran los siguientes:


LOS BENEFICIARIOS DEL MODELO:
Lo que se propugna y se defiende es que sólo deben recibir ayudas o prestaciones sociales los pobres-pobres. El pobre que se note que es pobre. El "pobre de solemnidad". Para ser beneficiario de la magnanimidad de tus ciudadanos, bien bajo la iniciativa privada, bien bajo las ayudas públicas, debes estar en un estado de carestía total. Nada de medias tintas.

Además, si eres pobre, algo habrás hecho. Seguro que eres un vago, así que... ayudas puntuales, nada de procesos largos, que los pobres enseguida se acostumbran a vivir de las ayudas y luego no quieren trabajar.

Y por supuesto, vigilancia estricta. Que sabemos que esta España está llena de pícaros que se disfrazan de pobres y menesterosos y resulta que tienen !hasta cuenta de Twitter! (Teófila dixit).

Nada nuevo. Nada con lo que los Trabajadores Sociales no llevemos lidiando desde los comienzos de nuestra profesión. Al respecto os recomiendo las últimas entradas que nuestro amigo y bloguero Nacho Santas ha escrito durante el verano describiendo algunos de los múltiples prejuicios a los que nuestra profesión y nuestro sistema tienen que enfrentarse.

* * * * *

Por momentos tengo la impresión de que han ganado. El modelo se ha impuesto. La crisis se ha utilizado para desarrollarlo. Al final, como en los más sucios casinos, la banca gana. Y todo es cada vez más rancio.

2 comentarios:

  1. Hola Pedro,
    tienes mucha razón.
    De todos modos, yo tengo muchas dudas. No en cuanto al tema político que comentas. Pero en cuanto al programa y lo que lleva detrás, no sé. Voy a intentar explicarme. Por lo poco que he visto, la mayoría de la gente que sale son discapacitados. La autonomía de un discapacitado es carísima. Las sillas de ruedas, las terapias, todo eso vale un ojo de la cara. Los comentarios que hacéis los trabajadores sociales experiementados es que no hay una protección social como Dios manda y por eso la gente tiene que andar pidiendo dinero.
    Pero, aunque nuestro Estado de Bienestar fuera más fuerte, aunque la ley de dependencia funcionara perfectamente, ¿crees que sería posible que se financiase públicamente todo el gasto público relacionado con discapacidad y dependencia? Es que no sé, tampoco se pueden subir los impuestos infinitamente.
    Yo creo que ante la necesidad ajena no puede mirarse hacia otro lado. Pero más grave es que sea precisamente el gobierno el que mira hacia otro lado, y eso ha tenido unas consecuencias terribles. Entre ellas, lo que se ve en el programa "Entre todos" y otra es la falta de puestos de trabajo para nuestra profesión. Somos las minorías y se nos ha ignorado siempre.
    Un saludo.

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  2. Hola Carolina, gracias por compartir aquí tus inquietudes y reflexiones. Planteas debates muy profundos, que tienen que ver con aspectos ideológicos y de modelos de acción social. Básicamente con la función del Estado en la sociedad: ¿es el Estado quien debe proveer y arbitrar la protección a los débiles o debe recaer ésta en la sociedad y en sus diversas formas de solidaridad y ayuda mútua? El problema, en mi humilde opinión, es que la ideología dominante neoliberal, que claramente defiende la no intervención del Estado, nos quiere hacer creer que es un problema presupuestario (no hay dinero o impuestos suficientes para mantener el Estado de Bienestar). Naturalmente, es una falacia. No quiero alargar el comentario, pero hay datos y argumentos para todo esto en bastantes sítios. Te recomiendo dos: el blog de Viçenc Navarro y la página Web de la Asociación de Directores y Gerentes de Servicios Sociales. En ellas encontrarás información sobre el Estado de Bienestar, gasto público, financiación de la Ley de Dependencia, inversión social, retornos de la inversión, etc...
    Gracias de nuevo por tus sugerentes comentarios.

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