miércoles, 15 de enero de 2014

Crueldad intolerable

El partido político que mantiene y da cobertura a este gobierno tan insensible a los temas sociales que padecemos acaba de sacar una lista con lo que, a su juicio, son los 40 principales éxitos de su gestión. Es tan burda la mentira y tan torpe la propaganda que contiene la lista, que no merecería mayor comentario. Pero el listado contiene una aseveración que me ha llamado poderosamente la atención...



Se trata de la frase con la que evalúan sus medidas sobre la Ley de Dependencia. Os pongo aquí el enlace al listado. Contiene la siguiente afirmación: "Las prestaciones por dependencia por fín llegan a quien más lo necesita."

No se a vosotros, pero a mí la frasecita me ha provocado. Lo ha hecho porque creo que es de una crueldad, como digo en el título, absolutamente intolerable.


Con todas sus carencias, tanto en el diseño como en su desarrollo normativo, de las que ya hemos hablado en este blog, la Ley de Dependencia ha constituido uno de los grandes hitos en materia de protección social en este país. Por primera vez se reconocían una serie de derechos sociales para la protección y autonomía de personas especialmente vulnerables, como son las afectadas por una situación de dependencia. Un avance en el Estado de Bienestar comparable a la universalización de la Sanidad, la Educación o las Pensiones.

Pero a este Gobierno que sufrimos esto de los avances en Bienestar Social le da como urticaria, y desde su acceso al poder se ha dedicado con fruición al desmontaje de la Ley. Recortando prestaciones, retrasando el reconocimiento de derechos, eliminando cotizaciones a los cuidadores, ampliando los tiempos de espera, aumentando el copago, disminuyendo inmisericordemente la aportación estatal...

Los recortes han sido tan brutales que, en la práctica, han supuesto la eliminación de la Ley. Os pongo un enlace aquí al  Observatorio de la Dependencia de la Asociación estatal de Directores y Gerentes de Servicios Sociales, cuyos dictámenes contienen un excelente relato de esta derogación encubierta.

Cualquiera además que conozca a nivel familiar o profesional el sistema de dependencia sabrá de los sufrimientos y el malestar que estos recortes han causado a muchas personas y en muchas situaciones.

Y es que además de ser mentira (las ayudas a la dependencia no es que lleguen a quien más lo necesita... es que han dejado de llegar, o lo hacen tarde, mal y de forma insuficiente en numerosas ocasiones) la frasecita contiene un "por fin" que señala el sentido de la frase. Con este "por fin" se alude a la gestión anterior, en la cual, según el ideario que nos están queriendo imponer, todo era despilfarro y se daban ayudas indiscriminadamente a quienes no lo necesitaban. Con este "por fin" se autoproclaman como aladides de la justicia, que han venido a poner coto a tantos desmanes. Con este "por fin" justifican el haber dejado las ayudas a la dependencia en algo meramente residual.

Son argumentos propios de esta ideología conservadora que nos gobierna, en la que se atribuye al gasto social el haber desestabilizado la economía y se justifican los recortes en política social en aras de una supuesta sostenibilidad del sistema. Para ello no se duda en estigmatizar a los pobres, a los dependientes, a los parados, a los perceptores de prestaciones sociales varias... Se deja caer la idea de que muchos de ellos son unos aprovechados, unos pseudo-defraudadores que perciben estas prestaciones sin necesitarlo o sin merecerlo, y que ello es la causa de que el sistema esté en riesgo y haya que recortarlo. (Es curioso por otra parte como en esta ideología se pasa tan rápidamente de la conmiseración hacia los pobres y necesitados al ataque y acusación hacia los mismos como unos vagos y aprovechados...)

En realidad todo ello esconde un pensamiento estratégico neoliberal en el cual la protección social no es tarea del Estado.

Es lamentable esta consideración del gasto social, (aprovecharemos para volver a señalar que en España siempre hemos estado muy por debajo de la media europea), que no tiene en cuenta ni la capacidad de estímulo de la economía del mismo, ni el importante ahorro futuro que supone implementar políticas de prevención.

Dos cuestiones que estaban muy presentes en la Ley de Dependencia y que apenas habían comenzado a desarrollarse cuando se han visto cruelmente desmontadas.

Wang me ha recordado un viejo proverbio, en este caso árabe: "La crueldad es la fuerza de los cobardes". No podría definirlo mejor.

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