miércoles, 26 de septiembre de 2012

Estrategia DDD

El anuncio de que la (inexplicable para ellos) inserción laboral de los desempleados del plan Prepara  la van a realizar las ETT (ver enlace) ha vuelto a recordarme la estrategia con la que cierta clase política pretende desmantelar los servicios públicos y las verdaderas razones para ello.

Yo la llamaba la Estrategia del Desprestigio, pero Wang la ha bautizado como la Estrategia Digital, o DDD. Esto es, Deterioro-Desprestigio-Derivación. Sí, todo con "D" de dedo, tan apreciado en los círculos de poder.

Vayamos a ello:

Deterioro: Se trata del proceso mediante el cual se intenta impedir que el servicio público funcione de una manera adecuada. Esto puede conseguirse de muchas formas, citaré las tres que me parecen más habituales.
Una: Obviar la parte técnica de la institución a la hora de tomar las decisiones políticas.
Dos: Estropear las condiciones para la prestación del servicio, tanto en lo material como en lo personal.
Tres: Presupuestarlo insuficientemente y no dotarlo de los recursos necesarios para que pueda realizar adecuadamente su labor.
     Como veis, las tres se encuentran contenidas en la política de recortes que nuestros servicios públicos están sufriendo. El último objetivo es el deterioro de los mismos.

Desprestigio: El siguiente paso es el desprestigio. Tildados de ineficaces, ineficientes, en suma insostenibles, los servicios públicos son demonizados ante la opinión pública. Nuestro compañero Joaquín Santos en su blog define de una manera magnífica como se realizan estos fenómenos de desprestigio. En especial sus comentarios sobre la máquina del fango, que recomiendo vivamente.
     Este desprestigio de los servicios puede hacerse de manera global, sobre la totalidad del servicio o la función que presta, pero no suele ser frecuente, dado que para ello es necesario por parte de las élites esgrimir razones ideológicas que la opinión pública no aceptaría. Es más sencillo atacar el funcionamiento y las carencias de tales servicios, obviando naturalmente que éstas tienen su principal origen en el deterioro descrito en el punto anterior.
    Un ejemplo de esta manera de proceder son los últimos recortes del derecho a la sanidad a los inmigrantes (por cierto, ¿quienes serán los siguientes?; tal vez los jóvenes que no han trabajado nunca, los parados que lleven sin trabajar ni cotizar algún tiempo...). En este caso de los inmigrantes se esconden las verdaderas razones ideológicas para excluirlos, argumentando en razones económicas injustificables y tramposas, el motivo para ello.

Derivación: Una vez deteriorados y desprestigiados ante la opinión pública, se han sentado las bases para la siguiente fase. La derivación hacia el sector privado del servicio de que se trate. Más claramente dicho, la privatización del mismo. La privatización de los servicios públicos es uno de los mantras de la ideología neoliberal, reduciendo el Estado al papel más subsidiario posible. Pero además, en lo más cercano y más casero, esta privatización genera unos beneficios económicos para las élites gobernantes que de otra manera no obtendrían. Al respecto os recomiendo un artículo de los muchos que ha suscitado César Molina con su polémica reflexión en El País sobre las clases extractivas  ¿Clase extractiva o sociedad extractiva?
      Se cierra así el círculo y queda en manos de unos pocos lo que antes era patrimonio de todos. El proceso luego puede complementarse realizando inadecuadamente la evaluación sobre el funcionamiento de esos servicios privatizados o encargando dicha evaluación directamente a la propia empresa que lo gestiona.

     Wang dice que ante la estrategia de las tres "D" no nos queda otra que contraponer otra D. La de denuncia de todo lo que está pasando. Como siempre, tiene razón.

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